miércoles, 12 de septiembre de 2012

Speed Stars



El equivalente a los 100 metros lisos en el motociclismo es el cuarto de milla. Cuatrocientos metros de gas a tope para alcanzar marcas estratosféricas como la que actualmente ostenta Larry Spiderman McBride con sus 5,8 segundos y una punta de casi 250 millas por hora.  Los mil caballos de su Kawa de 1500 cc y la sangre fría del hombre araña tienen la culpa. Ahora se fabrican motos específicas para alcanzar estos récords, pero en los orígenes eran motos de calle convenientemente preparadas. Como la Vincent Barn Job (su apodo lo dice todo), la primera moto que en 1966  bajó de los diez segundos en el cuarto de milla. 

El neoyorquino Clem Johnson alucinó como todos con la marca que Rollie Free y su Vincent HRD Black Shadow habían establecido en el lago salado de Bonneville a finales de los cincuenta. 150 millas por hora en bañador, una hazaña que batía 11 años de hegemonía de Harley Davidson. Johnson se picó y adquirió el mismo modelo de Vincent y la metamorfoseó a gusto para convertirla en la reina indiscutible. Chasis de aluminio, carburadores DellOrto de 42mm, un embrague superreforzado y los pistones y cilindros sobredimensionados para alcanzar los 1600 cc. Una bomba que a Johnson le ponía los pelos de punta, como el mismo confesó,  cada vez que la arrancaba. 






Otra moto de velocidad legendaria fue la Dubble Trubble, la Triumph Twin que el importador californiano de Ariel y Triumph Bud Hare construyó para participar en carreras de pura velocidad. Alargó el chasis para que pudiera albergar dos motores de Thunderbird. La caja de cambios era de Harley con sólo dos marchas, la primera para arrancar la segunda para volar. Así lo hizo a principios de la década de los cincuenta en los lagos salados del oeste de los EEUU. Si quieres saber algo más de la historia del mundo de los dragster de dos ruedas puedes echarle un vistazo al siguiente artículo





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